Me dueles, Televisa: Alvaro Cueva (Milenio)


Por Alvaro Cueva Publicado en Milenio.

Por supuesto que vi todo lo que cambió en Televisa el lunes pasado y todavía no me repongo.

Salvo honrosas excepciones, fue muy malo.

¿Por qué? Porque no es lo mismo cambiar que matar y porque los responsables de esta transformación pensaron en todo menos en el público.

Para bien o para mal, Las Estrellas era algo que había marcado a muchas generaciones de mexicanos, un referente, un patrimonio.

Bueno, pues desde el lunes, dejó de existir, lo asesinaron. Como si lo hubieran vendido y lo hubiera comprado una empresa extranjera.

¿Usted se reconoce en esa pantalla? ¿Se siente en casa? ¿Ése es México?

¿A qué me refiero cuando le digo que los responsables de esta transformación pensaron en todo menos en el público?

A que Las Estrellas era como el cine mexicano de la época de oro, una plataforma que atendía las necesidades del pueblo.

Lo que tenemos ahora es una señal de nicho, solo para gente “rica”, “bonita”, “irreverente”, como otra barra PM de Canal 5, pero a lo bestia.

¡Pobre pueblo de México! ¡Ahora sí se lo llevó la fregada!

Acabó la era de la información y del entretenimiento popular en la televisión abierta nacional. Acabó la era de los jodidos como si ya no lo fuéramos, como si viviéramos solo Dios sabe dónde.

Luego voy a profundizar en cada programa, ¿pero qué fue, a grandes rasgos, lo que vimos el lunes?

No solo fue en Las Estrellas. Fue en Foro Tv, en Canal 5, en Gala Tv. ¡Fue en toda Televisa!

Matutino Express se quedó en lugar de El mañanero y de Hoy mismo.

Usted nada más compare lo mejor de Esteban Arce con lo peor de Brozo y Guillermo Ochoa Millán y dígame: ¿ganamos o perdimos?

A las tres con Ana Paula Ordorica es la cosa más gris del universo, un noticiario sin personalidad, de flojera.

Hora 21 se volvió elitista. Su gran nota, un reportaje atemporal sobre Tepito, presentado entre frases de horror como “¡Nuestra reportera pasó ahí tres noches!”, fue una imperdonable invitación al odio.

¿Qué tiene que ver la serie El Chivo con el hueco que dejó un programa cultural como Final de partida? ¡Qué!

Gala Tv, de plano, se quedó sin noticiarios y el Noticiero Televisa Deportes murió para que, en Canal 5, naciera una cosa espantosa titulada Somos fans.

Es un concepto tan malo que hace que el nauseabundo recuerdo de Deporteando de Azteca 7 suene como algo hermoso.

No lo puedo creer, como no me cabe en la cabeza que Las noticias con Karla Iberia Sánchez, el único espacio que parecía que le iba a dar continuidad a lo que estaba antes en su lugar, haya arrancado con tantos y tan vergonzosos errores técnicos.

Es Noticieros Televisa, el departamento de noticias con más recursos, gente, tecnología y hasta con más escenografías de todo México.

¡Cómo es posible que sus productores hayan permitido que Karla Iberia saliera al aire como la peor estudiante de la escuela más chafa de comunicación del canal más pobre de México! ¡Cómo!

Lo de Denise Maerker fue una tragedia. Jamás vimos a la gran periodista que pone a temblar a las fuentes en Atando cabos de TeleFórmula.

Denise jamás marcó agenda, jamás mostró su personalidad. Jamás hizo algo que no hubiera podido haber hecho cualquier otra persona.

No fue ella, como Arath de la Torre no fue él en Esta noche.

Seamos sinceros: Arath es uno de los más grandes talentos de Televisa. Un hombre inteligente, simpático y con una admirable vena popular.

El programa uno de Esta noche fue como su jaula de oro, una fiesta donde se notó que el señor no tenía autoridad sobre nada y donde los sketches y las entrevistas carecieron de la más elemental estructura, ya no se diga de sentido, de razón de ser.

Pesaron tanto la forma, la falsedad y la arrogancia que de nada sirvió que ahí se hubieran dicho cosas sobre la primera dama, el PRI, Carmen Aristegui y Netflix.

Al aire con Paola Rojas fue pan con lo mismo: platiquemos de lo que sea mientras llega Hoy. ¡No puede ser!

El único espacio donde se sintió valentía, donde vimos un estilo, una autoridad, ganas de dar nota, de trascender, fue Despertar con Carlos Loret de Mola.

La bronca es que le pusieron antes un insólito noticiario y eso se presta para malas interpretaciones.

O los señores de Despertar no se quieren levantar temprano o tienen miedo de arrancar su rating desde cero. Está raro.

Pero nada tan raro como Tres veces Ana y Mujeres de negro.

Tres veces Ana es una mentada de madre para el recuerdo de Lazos de amor.

Angelique Boyer no está marcando bien sus personajes y las psicologías originales fueron tan brutalmente traicionadas que ponen en riesgo la efectividad dramática de este “refrito”.

Mujeres de negro, con todo y sus resbalones técnicos, está buena, ¿pero para qué mercado es? ¿Para el de las 21 horas de Las Estrellas? ¿Así fue como la diseñaron? ¿De veras? Me dueles, Televisa. ¿A usted no?

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