Su libro indica cómo escribir un periódico


Por Silvina Espinosa de los Monteros, publicado en El Financiero

En América Latina los que tienen el poder son los corruptos: Bastenier.

Durante su reciente estancia en México para hablar ante estudiantes y promover Cómo se escribe un periódico / El chip colonial y los diarios en América Latina (FCE / FNPI), el periodista Miguel Ángel Bastenier fue enfático: «Seguramente es injusto pedir que América Latina haga en cien o 200 años lo que Europa hizo en mil 500.»

Nacido hace 67 años en Bruselas, pero afincado desde temprana edad en la ciudad de Barcelona, España, Miguel Ángel Bastenier es un veterano periodista con medio siglo en el oficio.

Experto en asuntos internacionales, el actual columnista y director adjunto del servicio extranjero del diario madrileño El País ha redactado un volumen que constituye «un compendio de herramientas del oficio», que surge luego de casi una década de dar clases en la Fundación Nuevo Periodismo Ibe- roamericano (FNPI), organismo presidido por Gabriel García Márquez.

Además de las sesiones regulares que se imparten a los alumnos de este organismo, cada año, durante el verano, el FNPI organiza en Cartagena de Indias un curso-taller intensivo al que asisten 16 jóvenes reporteros latinoamericanos, cuyas experiencias han nutrido el trabajo de Bastenier.

-La idea del libro -según expresa su autor- es que fuera como un cajón de sastre, un manual que conjuntara al mismo tiempo una reflexión y un juicio, probablemente arriesgado y crítico, del periodismo de América Latina en general.

-¿Cuáles son las principales deficiencias que ha identificado en la prensa latinoamericana?

-En el libro digo que hay cuatro gran- des problemas, que incluso los podemos encontrar en el periodismo español, aunque yo diría que no en la misma proporción: la declaracionitis, el oficialismo, la sobrepolitización y la ignorancia del mundo exterior.

-¿En qué consiste el «chip colonialista»?

-Yo sostengo que hay una característica bastante común en gran parte del periodismo latinoamericano, que es una excrecencia de la Colonia, sobre cómo se escribía y se hablaba entonces: de propietario a poseído, de señor a siervo; de legislador, corregidor, virrey, intendente o su puta madre, a empleado, servidor, criado, etcétera. Algo que explicó muy bien el guatemalteco Severo Martínez Peláez en un libro llamado La patria del criollo. Es un libro durísimo contra España. Yo no lo compro al cien por cien, pero es un libro muy interesante. Habla de ese lenguaje presuntamente culto, rebuscado, que hace uso de palabras casi siempre mal empleadas porque son complejas, barrocas. Y eso alimenta al periodismo latinoamericano, con la excepción de la prensa de Buenos Aires.

-¿A qué atribuye esto?

-No es que sea mejor ni peor, sólo que en Argentina la Colonia duró 50 años, por lo que no tuvimos tiempo de inocularles el mal completo. Además, es un tema de desarrollo socioeconómico y de otras muchas cosas. Si antes ha parecido que estoy diciendo que lo europeo es mejor por definición, no es eso lo que quiero decir; pero evidentemente la plata sí es definitiva.

-¿Qué papel juega en todo esto la corrupción?

-Juega un papel fundamental. En España también hay corrupción, no voy a decir que no para nada, pero hay fuerzas que se oponen a ella y que existen. Se les da salida en los periódicos, hay armas contra todo eso. En América Latina los poseedores del poder en bastantes casos son los corruptos directamente. No hay contrapeso. Y eso no es culpa de nadie o es culpa de todos. Lo que sucede es que la evolución lleva el tiempo que lleva. Seguramente es injusto pedir que América Latina haga en cien o 200 años lo que Europa hizo en mil 500. Y los latinoamericanos no tienen culpa en ello.

-Una práctica cada vez más común es la del periodista que trabaja para empresas multimedios, que por el mismo salario trabaja en prensa, radio y portales de Internet. ¿Qué opinión le merece?

-Eso se llama explotación. Está muy bien que el periodista sepa hacerlo todo. Quien tenga esas habilidades multimedia tendrá un valor de mercado mayor al que solamente tenga habilidades limitadas a un medio. No discutiré que los jóvenes periodistas tengan que saber moverse en cualquier ámbito, evidentemente; pero dicho esto, el que te paguen lo mismo por hacer cuatro cosas se llama explotación del ser humano. Eso va en detrimento de la calidad, sin duda alguna; pero yo no soy legislador ni emperador ni nada. La solución no soy yo quien tiene que aplicarla.

-¿Qué problema representa la tendencia que existe en la actualidad de que los dueños de los periódicos sean empresarios sin alguna formación periodística?

-El camino de la despersonalización de la propiedad es inevitable. El que los dueños de los periódicos hayan dejado de ser periodistas a mí no me parece mal ni bien, es una realidad inexcusable. Lo que importa, y cada uno verá lo que hay en su propio caso, es que esa empresa nombre a periodistas para llevar adelante el negocio editorial. Y digo negocio porque es editorial y es negocio al mismo tiempo. Yo estoy encantado de que los periódicos ganen. Por ahí dicen que si ganas mucho dinero no haces buen periodismo y es al revés: si ganas dinero puede que hagas buen periodismo, porque te puedes permitir hacerlo. Si no lo ganas, es casi seguro que no lo hagas.

-¿Cómo avizora el futuro del periódico impreso en papel?

-Mucha gente dice que estamos terminados.

-¿El contenido íntegro de éste emigrará a las plataformas digitales?

-No lo sé. Algunas personas con las que he trabajado y a las que respeto más, dicen que algunos periódicos se salvarán; pero yo sé que lo dicen porque nos gusta decirlo. Queremos creerlo.

-Si el futuro está en Internet, ¿habría entonces que reforzar los puntos torales respecto a la forma en que se hacen los diarios impresos en papel?

-Claro, hay que hacer periódicos distintos. Los puntos clave para mí son dos palabras que lo dicen todo: agenda propia. Hacemos periódicos que son iguales a la competencia. Hay que hacer cosas que no se lean en otro lado. En el caso de un periódico especializado como EL FINANCIERO la capacidad de defensa es mayor. Un diario especializado siempre tendrá más opciones que uno generalista.

Bastenier también ignora que EL FINANCIERO es un diario «generalista», como él los nombra; pero desde Madrid suponemos que tiene la idea errónea de que este periódico es sólo de finanzas. (NdelaR)

Además de sus labores como profesor de la Escuela de Periodismo El País-UAM y de la FNPI, Miguel Ángel Bastenier es invitado con frecuencia por diarios de América Latina para dictar cursos en sus redacciones. De ahí que se le cuestione sobre el estado de salud del periodismo cultural.

-En el mundo de habla castellana yo no conozco la existencia del periodismo cultural. Conozco la existencia del periodismo de gacetillas culturales, de favores a alguien, de que sale tu libro y yo te lo publico, o de que Tom Cruise pasa por el DF para promocionar su última película. La investigación de la realidad cultural no existe.

-Según usted, ¿en qué consistiría el reporteo cultural?

-En identificar tendencias, movimientos. Por ejemplo, la famosa Movida de Madrid, el primero que hubiera dicho: «En Madrid hay una movida cultural de bares y no sé qué…», pues ése habría hecho un gran reportaje, aunque no sé si eso llegó a ocurrir o no. Admito que no lo sé. Pero no existe un verdadero trabajo periodístico en el ámbito cultural. Hay repetición o publicación de cosas que ocurren por ahí y que nos llaman para que las publiquemos, tanto en España como en América Latina.

-Por más de 20 años, la sección cultural de EL FINANCIERO ha ido a contracorriente de todo eso que usted expone…

-Admito que no leo EL FINANCIERO, porque leo prensa generalista. Y la prensa generalista tampoco publica nada, en lo cultural quiero decir.

-¿Qué pasa entonces en las páginas culturales de El País?

-Pues hacen eso.

-¿Y en el suplemento «Babelia»?

-Bueno, eso es distinto, eso es estilo anglosajón y precisamente los anglosajones más o menos reconocen eso: llenan las páginas culturales de sus periódicos respectivos con artículos de fondo, que sí, expresan tendencias, puntos de vista… El País más o menos hace eso. Lo que te quiero decir es que cuando hay noticias de cultura, en la prensa anglosajona se publica en la sección correspondiente: en nacional o internacional. Si hubo un incendio en la Galería Uffizi de Florencia, por ejemplo, la prensa española da la noticia en las secciones de cultura y la prensa anglosajona la da en internacional.

-Y usted, ¿qué prefiere?

-Yo prefiero la fórmula anglosajona, pero no tocaría la de los países latinos porque ya está muy consolidada. Vaciemos de gacetillas las secciones culturales. De todas maneras, lo que yo te diga es muy fácil decirlo, otra cosa muy distinta es llevarlo a la realidad.

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